La Ministración

Los hombres somos seres tripartitos formados por espíritu, alma y cuerpo (1 Ts. 5:23). Ahora que somos salvos del pecado, debemos limpiar nuestra alma de la influencia del pecado y de la mala manera de vivir que heredamos de nuestros padres. Solo así disfrutaremos la vida abundante y tendremos paz (1 P. 1:18; Mr. 10:30)

Ministrar es una palabra que se traduce del vocablo griego Diakoneo y significa asistir, servir a uno, ayuda, socorro, servicio, ministrar.

El Proceso de la Ministración (Jn. 13:8-10)

  • CONSEJERÍA (Pr. 19:20)

El diccionario define consejo como una opinión o juicio que se da o recibe para resolver un asunto. Es importante recordar que cuando una persona pide consejo escucha ángulos distintos de lo que está pensando hacer, pero no necesariamente está obligado a poner en práctica lo que le aconsejan. La persona debe de utilizar ese consejo (que generalmente está basado en la palabra de Dios), para tomar la mejor decisión y que esta repercuta positivamente en su vida.

El consejero debe de ser una persona que ha sido enseñada y delegada para eso. Un cristiano maduro aconseja basado en la palabra de Dios, porque sabe que un mal consejo puede traer consecuencias graves en la vida de quien lo recibe. Por lo tanto, quien pide consejo debe de buscar a las personas reconocidas como idóneas para ese fin. 

  • OBTENER LIBERACIÓN DE DEMONIOS (Mr. 7:26-29)

Los demonios pueden influenciar a un cristiano cuando se le han otorgado derechos. Una entidad espiritual del lado de las tinieblas estorba al cristiano, tentándolo, engañándolo, acusándolo, condenándolo, oprimiéndolo, deprimiéndolo, destruyéndolo, robándole la paz, etc. Con el propósito de dañar su relación con Dios y que no disfrute la vida abundante (Jn. 10:10). Los hombres somos seres tripartitos formados por espíritu, alma y cuerpo (1 Ts. 5:23). Ahora que somos salvos del pecado, debemos limpiar nuestra alma de la influencia del pecado y de la mala manera de vivir que heredamos de nuestros padres. Solo así disfrutaremos la vida abundante y tendremos paz (1 P. 1:18; Mr. 10:30)

A nosotros nos dieron nueva vida, pero al igual que Lázaro aun tenemos ataduras que nos impiden caminar con libertad. Entonces llega la orden de Cristo para que los ministros nos desaten, ellos fueron designados para ayudarnos a ser libres por medio de la ministración.

  • REENTRENAR EL ALMA

El alma responde según la información que tiene almacenada, sea buena o mala y que le ha sido proporcionada a través del tiempo. Esa información condiciona nuestra conducta llevándonos a vivir, en la mayoría de las veces; deprimidos, tristes, con miedos, violentos, etc., y por ello algunos creyentes se refugian en costumbres insanas, tales como tabaquismo, alcohol, drogas, sexo ilícito, pornografía. Debido a nuestra vida anterior, aun tenemos actitudes que se formaron en nuestra alma y que nos hacen reaccionar de manera equivocada. Pero es necesario saber que Dios tiene cuidado de nosotros, es por eso que debemos buscar ayuda con un ministro para que nuestra alma sea reprogramada y reentrenada.

El reentrenamiento es un proceso que debemos de llevar para que la imagen de Cristo sea formada en nosotros y seamos esculpidos en la palma de la mano de Dios (Is. 49:16), un ejemplo del reentrenamiento es este; quien había sido entrenado para robar, ahora debe de usar sus manos para trabajar y para bendición de otros, etc. (Ef. 4:28). El Cristiano que está verdaderamente arrepentido debe hacer procurar hacer obras dignas de arrepentimiento (Jer. 31:19-20; Mt. 3:8)