El triángulo de la libertad

1Co 6:12 Todas las cosas me son lícitas, pero no todas me convienen. Todas las
cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré esclavizar por ninguna.
1Co 10:23 Todo es lícito, pero no todo me conviene. Todo es lícito, pero no todo
edifica.

La biblia nos enseña que todas las cosas nos son licitas, pues Dios no nos obliga a
obedecerlo, si no que espera que de corazón lo hagamos, pues el solo llama a la
puerta y que oye su voz y le abre, él entre y cena (Apocalipsis 3:20).


Aunque todo nos sea permitido hacer, debemos de comprender que hay caminos
que nos pueden parecer rectos, pero que su final son de muerte (Proverbios
14:12) y que de todo lo que hagamos Dios nos pedirá cuentas (Eclesiastés 11:9).
Sabiendo esto, vemos que el Apóstol Pablo guiado por el Espíritu Santo nos deja
las claves, nos deja unos parámetros para que no nos salgamos ni crucemos
linderos que no nos convienen, que no nos edifican y que nos pueden esclavizar, y
justo son estas tres cosas en forma de pregunta.


Así que antes de hacer algo o tomar alguna decisión preguntémonos:
¿Me conviene?, ¿Me edifica?, ¿Me esclaviza? Y dependiendo de nuestra
respuesta, así debería de ser nuestra decisión.


Me Conviene, cuando hablamos de convenir, la palabra también se puede
traducir como aprovechar, y recordando lo que el Apóstol Pablo le dijo a Timoteo
en 1 Timoteo 4:8, que el ejercicio en poco aprovecha, vemos que es bueno
encargase del cuerpo, pero que es mucho mejor encargase del hombre interno.
Me Edifica, cuando hablamos de edificar, hablamos de calcular y la palabra nos
enseña a no edificar sino hemos calculado (Lucas 14:28) si podemos terminar
algo, es decir que calcular y edificar van de la mano, y hemos sido llamados para
edificar, por tal razón debemos de edificar para terminar, así como Dios no dejo
nada a medias, así nosotros debemos edificar para terminar.


No Me dejare esclavizar, el Apóstol Pablo el capítulo 8 de Romanos, indica que el
es precisionero de muchas cosas, esa palabra pricionero es esclavo y es
traducida como pricionero de guerra, es decir que en esta batalla contra el
pecado, muchas veces somo vencidos y llevados como prisioneros de guerra,
pero el Señor ha venido a proclamar libertad a los prisioneros (Isaías 61:1).

El triángulo de la libertad